jueves, 24 de enero de 2013

Frases de Carlos Pizarro


“No nací en el seno del pueblo. Pero tengo una
formación cristiana profunda y dentro de ideales
muy verticales que heredé de mi familia”


“Yo era un poco díscolo. Y me enviaron al
seminario, interno, para que me ordenara. Ahí se
rompió el cordón umbilical. Comienza uno a
resolver sus propios problemas. A construir su
propia vida... Era un ambiente muy confesional y
autoritario. Me sentía lesionado en mi libertad y en
mi dignidad. Así comenzó mi primera lucha por los derechos de las personas... Además yo no quería
ser sacerdote".

“Me enfrenté a la soberbia de una casta en
germinación, que eran mis compañeros de la
Javeriana, que se educaban para ser poder y
beneficiarse con el”.


“ ... Creo que mi peor momento fue el de la Cárcel,
cuando estuve preso junto con casi toda la
dirección del M-19...Fue un momento realmente
malo, en el que sentí que le había fallado a al
organización y sobre todo a Bateman”.


“No. A mi no me vuelven a coger nunca. Me
detuvieron una vez, pero no me detienen dos. Y
eso es una definición creo que de todos lo
comandantes que estuvimos presos en la Picota.
Bueno, por lo menos le da a uno la tranquilidad de
saber que nunca más va a volver a ser preso
político. Es decir...eso es un matrimonio con la
libertad”.


“Se habla mucho de la guerra cuando se trabaja por
la paz. Y se le da al pueblo absoluta convicción de
que puede ir hacia el proceso de paz tranquilo, que
si es violentado en su credibilidad, que si es
intimidado, que si los pactos no se cumplen, si las
reformas no llegan, si la esperanza se ve nublada
por el comportamiento de un gobierno,
convirtiéndose en poder . Ya Colombia puede
luchar con toda tranquilidad por la paz, porque ésta
va a ser posible.”


“Bueno, que yo no soy un ciudadano común y
corriente de este país, por supuesto. Quizás en eso
me pueden decir que soy loco. Pero creo que la
locura es la capacidad de soñar sin inhibiciones...
yo me pongo tareas sin inhibiciones, que a veces
me resultan y otras veces no. Cuando me resultan
dicen que soy un loco positivo; cuando no me
resultan dicen que soy un loco perdido”.

Discurso dejación de armas. Santo Domingo –Cauca-9 de marzo de 1990.

“Quizás es más difícil, para los que estamos aquí,
que hemos vivido durante muchísimos años en la
guerrilla, hacer este acto simbólico y real de
dejación de armas, que cualquiera de los combates
que hemos tenido en el pasado. Pero creo que
todos sabemos que ante nosotros, se abre la gran
apuesta. Una apuesta en la que nos vamos a jugar
la vida, donde nos vamos a jugar nuestros sueños,
donde nos vamos a jugar saltando al vacío y a cara
y sello la suerte de Colombia. Se que la soledad
que hoy se siente en los corazones, la iremos
desalojando poco a poco, en la medida en que
sintamos la calidez de la gente que nos espera
afuera. La calidez de un pueblo que nos esta
expresando multitudinariamente su afecto. Iremos
comprendiendo, en el fenómeno político, que hoy
es el M-19 en Colombia, la certeza de este paso
(...)
(…) Nos enorgullece lo que estamos haciendo, lo
hacemos con la frente en alto, lo hacemos con la
mira puesta única y exclusivamente en la patria, lo
hacemos sin claudicaciones, sin cobardías, sin
temores en el alma (…)
(…) Rendimos homenaje a los hombres que
hicieron posible que estas armas defendieran la
libertad en Colombia. A los hombres que nos
enseñaron a ser una guerrilla diferente a todas las
guerrillas de Colombia y de América Latina. A los
hombres que nos indicaron un camino de respeto
hacia el conjunto del país. Podemos decir con
satisfacción que nuestras armas nunca fueron
intimidantes. Que nuestras armas -de alguna
manera- siempre fueron armas acogidas con
respeto y con cariño por las mayorías de este país.
Pero ha llegado el tiempo de convertirnos todos en
verdaderos conductores de esta nación (...).
(…) Confiamos en nosotros mismos, creemos en
nuestra audacia, en nuestra imaginación, en
nuestra capacidad de crear caminos nuevos y
originales en un país donde casi todo el mundo
camina al interior de la rutina política o de la rutina
de los dogmas y los esquemas (…)
(…) Creemos en nosotros mismos y confiamos al
Dios de nuestros padres la suerte del M-19, la
suerte de nuestro futuro político, la suerte y destino
de Colombia. Confiamos en que el Dios de nuestros
padres defienda una posibilidad de Paz en
Colombia y entierre definitivamente la guerra civil
que se cierne sobre nuestro país. Que se cierre el
ciclo infinito de las guerras civiles colombianas (...)
Con todos, ¡Atención fir!
¡Oficiales de Bolívar: Rompan filas!







miércoles, 23 de enero de 2013

Carlos Pizarro Leongómez

Desde los primeros albores de las gestas de la Independencia, por las venas de la familia Pizarro Leongomez corre sangre revolucionaria. Y no es gratuito: una de las ramas de su arbol genealogico desciende de Jose Acevedo y Gomez, el "Tribuno del Pueblo", quien defendio la emancipacion definitiva de España y la organizacion de un Estado republicano y democratico. Hijo del vicealmirante Juan Antonio Pizarro, hombre de ideas conservadoras y alumno de los jesuitas de San Bartalome, y de Margoth Leongomez, bisnieta del Tribuno, Carlos Pizarro nacio en Cartagena el 6 de junio de 1951. Desde sus primeros años, por una u otra razon, seria llamado con diferentes apodos. Si el último fue el de "Comandante papito", que le dieron las mujeres como homenaje a su incuestionable buena "pinta", el primero fue el de "Charlie boy" por aquello de que paso los años de su primaria en Washington, en medio de comodidades. Tercero de una familia de cinco hijos (Juan Antonio, Eduardo, Carlos Hernando y Margoth), hizo parte de su bachillerato en el prestigioso colegio Berchmans de Cali, y los años 30 y 40 en La Ceja (Antioquia), impulsado por una fugaz vocacion religiosa.

Vino despues la universidad. No podia ser otra que la Javeriana, en donde abandono la Biblia por los codigos y compartio pupitre con la crema y nata del establecimiento: Ernesto Samper, Nohemi Sanin, Mauricio Gomez, Diego Pardo y Julio Cesar Turbay Quintero. Desde entonces motivado por el movimiento estudiantil, sintio que en su cabeza bullian ideas de cambio revolucionario. Pero el padre Giraldo cuando le dio a Carlos su bendicion para ingresar a la universidad, nunca imagino que este joven iba a convertirse en uno de los instigadores de la primera y unica huelga que registra la historia de la Javeriana. La huelga termino con el cierre de la facultad de sociologia y con la expulsion de algunos huelguistas, entre los cuales, obviamente, se encontraba Pizarro. Ya para entonces militaba no precisamente en la orilla en la cual lo hicieron sus antepasados, que empuna ron los fusiles para defender a las instituciones republicanas, sino en la opuesta, en la que combatian contra ellas. Pertenecia a la Juventud Comunista.

Reclutado por Jaime Bateman dejo los codigos y tomó el fusil. Fue a parar a las FARC y hasta llego a combatir en El Pato (Huila), bajo el comando de Alvaro Fayad. Pero su permanencia en el movimiento revolucionario mas antiguo de America no supero los dos años. Considero al grupo como atrasado y con ideologia caduca. Tal vez recordaba entonces algo que su padre le habia dicho en alguna oportunidad cuando ya se habia matriculado en la izquierda: que el pueblo no sentia a Marx, mientras que si lo hacia con Bolivar.

El fracaso de la Anapo y de la candidatura del general Rojas Pinilla en 1970 habia comenzado a gestar un descontento en sus filas, principalmente en su linea socialista. Si los partidos tradicionales habian perdido ya el voto de Pizarro, muy pronto tambien lo perdio el Partido Comunista, adonde habia ido a parar como muchos otros de su generacion y de los que fundarian el Movimiento 19 de Abril. Consideraban sus esquemas muy estrechos y dogmaticos. Habia que buscar otras alternativas.

Con Jaime Bateman, Alvaro Fayad, Andres Almarales, Ivan Marino Ospina, Carlos Toledo y otros, fundo en 1970 el M-19. Fue siempre osado, a veces duro, ambicioso, pero leal inclusive hasta con el enemigo. Se cuenta, por ejemplo, que en un asalto a Herrera, un aislado cacerio en donde 10 policias resistieron el embate de 150 guerrilleros hasta disparar el ultimo cartucho, Pizarro hizo formar a su comando para rendirles honores a los valientes policias. Participo en muchas de las mas espectaculares acciones de su organizacion, como el robo de la espada de Bolivar y de las armas del Canton Norte, pero se opuso a la toma del Palacio de Justicia previendo la tragedia. Fue el primer acusado como responsable de ese demencial golpe militar y politico.

Como muchos de sus compañeros, fue a dar a la carcel por el robo de las armas. Casi tres años estuvo en La Picota. Desde alli escribio a su padre una conmovedora carta en la que le hablaba de las torturas a las que habia sido sometido: "No he inclinado la cabeza ante interrogadores y torturadores, pues mi vida publica y privada esta frente al pais y a sus gentes". 
Tambien le reiteraba sus convicciones y le reconocia y agradecia su "culto a la libertad ajena".

Carlos Pizarro, como muchos de sus compañeros del M-19, recibio el beneficio de la amnistia del gobierno de Belisario Betancur. Viajo inmediatamente a Cuba y a su regreso escogio de nuevo el monte. Despues vinieron las conversaciones de paz y a el le toco firmar los acuerdos de tregua en Corinto (Cauca), a pesar de que un conflicto con el Ejercito, que le costo una herida en un brazo, estuvo a punto de frustrarlos pocas horas antes.

Carismatico, con facha de protagonista de un spaghetti western, fue siempre uno de los lideres mas importantes del movimiento. Temperamental e impulsivo, como lo reconoce uno de sus hermanos, siempre enmarco su accion dentro de una especie de mesianismo con sello cristiano y bolivariano. Curiosa mezcla que, sin embargo, lo llevo a ocupar la cabeza de movimiento y a convertirse en su primer candidato presidencial.

Creo el Batallon América, inspirado, segun el, en los ideales bolivarianos y emprendio su campaña militar en el Cauca e intento sitiar a Cali, pero fue derrotado y arrinconado por el Ejercito, hasta el punto de que tuvo que replegarse hacia el Sur. Su ultima accion espectacular antes de tomar la decision de volver a hacer un cambio de tercio--del fusil a los votos--, fue el secuestro de Alvaro Gomez Hurtado. Puesto en libertad el ex candidato conservador, se empezó nuevamente a hablar de paz y de desmovilizacion, de abandonar la guerra. Pizarro estaba a la cabeza del M-19 y a la cabeza de un movimiento que habia perdido considerable terreno militar y politico se jugo, como otras veces, los restos. 
Despues de largas conversaciones con el gobierno de Barco, el 25 de enero de 1990 abandono las armas. Ese dia disparo su ultimo cartucho. Habia decidido que el cambio ya no era por la via de las armas, sino por la de los votos. Pero unas balas asesinas, el jueves 28 de abril, le impidieron medirse en la contienda para elegir Presidente de la Republica.